Orgullo: Los 7 pecados capitales

Por qu el orgullo estado se dice que es el padre de todos los pecados?
Existen muchos conceptos falsos sobre el orgullo. Algunos piensan que es solo arrogancia; otros est n confundidos sobre el uso positivo de la palabra cuando se trata de reconocer el desempe o de alguien. Cu l es realmente el significado del orgullo?
Y qu es el orgullo espiritual?
C mo es que a menudo vemos en los dem s, pero no vemos en nosotros mismos?
Qu dice la Biblia sobre el orgullo?
De d nde viene el pecado y por qu es tan com n?
C mo podemos evitar ser orgullosos y por qu molestarse?
Estas y muchas otras preguntas ser n respondidas en este libro. Ver c mo el orgullo ha llevado a graves consecuencias, c mo se come en el n cleo de nuestra identidad y c mo podemos cambiar. Comprender por qu sucede todos los d as y las muchas manifestaciones de esto. Aparte de eso, vamos a tocar en temas como:
C mo que todos enga amos a nosotros mismos y c mo dejar de hacer lo. C mo atribuir nuestra autoestima y valor a algo s lido y consistente, no a algo fugaz y fr gil. La diferencia entre orgullo, arrogancia y simple arrogancia. Por qu hay dos tipos diferentes de orgullo, uno contra Dios y otro contra los dem s. Referencias b blicas de aliento, advertencias e historias, tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento. An cdotas sobre la segunda tentaci n de Jes s en el desierto, Mois s, y la par bola de los talentos. Manifestaciones actuales de orgullo, incluido el racismo, el sexismo y la presunci n de estatus. La naturaleza de nuestra verdadera identidad divina como hijos de Dios, creada a su imagen y otros pensamientos de "sentirse bien" sobre la vida.

Muchas personas no lo ven de esta manera, pero el orgullo es realmente lo m s importante que necesitamos controlar y eliminar. Todos tenemos algo en qu trabajar. Todos necesitamos darnos cuenta mejor de qui nes somos. Si lo hacemos, no menospreciaremos a los dem s, y habr menos conflictos, m s igualdad y m s tolerancia. Aprende a hacer del mundo un lugar mejor superando tu propio ego y, en lugar de volar tu propia imagen, someti ndote a la voluntad de Dios y permiti ndole que te haga lo mejor que puedas ser. Comienza a ver las cosas desde su perspectiva, no desde nuestra propia visi n de mente estrecha. Vea su potencial y olvide el juicio del mundo sobre asuntos superficiales.

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