De la tempestuosa relaci n rom ntica entre Gertrudis G mez de Avellaneda y el abogado Ignacio de Cepeda y Alcalde se conserva una completa correspondencia epistolar. Esta la public en 1907 Lorenzo Cruz de Fuentes, tras la muerte de Cepeda y a instancias de su viuda, Mar a de C rdova y Govantes.
Las Cartas de Gertrudis G mez de Avellaneda a Cepeda han de leerse como una continuaci n de la Autobiograf a. En ellas la autora ya expresaba su sentimiento amoroso hacia el mencionado Cepeda y, al mismo tiempo, manifestaba su naturaleza como escritora rom ntica.
En las primeras cartas, entre julio de 1839 y abril de 1840, la relaci n se define en t rminos de amistad, de fraternidad. M s tarde, sin embargo, irrumpe la pasi n. Despu s hay un per odo de separaci n que coincide con el comienzo de la actividad literaria p blica de Avellaneda.
La relaci n epistolar vuelve a restablecerse de una manera regular en 1846, en un contexto de comunicaci n de amigos/amantes. En una segunda fase, alrededor de 1847, tras el breve matrimonio de Avellaneda con Pedro Sabater, la relaci n se plantea en t rminos de amor-pasi n por parte de Avellaneda, pero no de Cepeda.
La ruptura definitiva se produce en la carta 35 donde dice Avellaneda:
ser la ltima vez que nos hablemos en este mundo;
y en la 36 se procede a la devoluci n de las cartas con la que se sella el final de su relaci n.